No envies a los Reyes, envíame cartas a mí
Todo el mundo sabe la fama de los Reyes Magos en España. Tengo una competencia dura en ese país. Y es que me empiezan a criticar que si me inventó la Coca-cola, que si soy americano, que si los Reyes son los clásicos. Bah, tonterías. Yo soy del Mundo. No soy americano, y mucho menos de la Coca-cola, que todavía estoy esperando que me paguen por salir en sus anuncios. Es como decir que a Gabino Diego lo inventó Freixenet porque va a salir este año en el anuncio. No tiene sentido.
El caso es que estoy un poco harto de que los Reyes quieran acapararlo todo. Pero a ver, si llevan los mismos regalos que yo, ¡y encima son tres! Si es que tienen menos mérito. Además, son unos racistas y le cargan todo al pobre Baltasar. Además, el peor regalo se lo hacen llevar a él. Porque a ver, ellos se hicieron famosos porque le llevaron regalos a Jesús. Sí, les llevaron oro, que todo el mundo sabe que es, que sirve para hacer relojes, joyas y demás... Le llevaron incienso, que sirve para... ¿Fumaban ya en aquella época? Y luego les llevaban... Esto... Mirra. ¿Qué cojones es la mirra? Ya ves que regalos.
Total, que como podéis ver, los Reyes Magos no dan para nada. Además ni eran magos ni nada. ¿Los habéis visto salir alguna vez en Harry Potter? A que no, pues yo tampoco. Aunque el mago viejo de la barba tenía un aire a Melchor. Pero no, no era él. Así que ya sabéis, esto no es competencia desleal, yo os pongo al tanto de lo que hacen los Reyes, y vosotros elegís. Pero ya sabéis, si me enviáis las cartas a mí, los regalos los tendréis antes. Que lo sepáis.
Me he enterado que hay una cierta tradición en Cataluña que compite conmigo a la hora de hacer regalos. Esto no me hace mucha gracia porque a mi igual que a Bill Gates, me gustaría tener el monopolio de mi negocio. Espero que lo comprendáis.